Una tarde más hemos vuelto a optar por Black Powder y su adaptación para guerra civil americana. Hemos seguido en la línea de la última partida, y utilizado las listas de 1861 de frente del este. Lo que quiere decir que las tropas eran bastante reguleras. Por mi parte, de las tres brigadas que comandaba solo dos eran US Regulars, lo que las hacía un poco más duras de lo habitual.
En el escenario el Norte tenía que asaltar las posiciones sudistas parapetadas detrás de un río. En un turno indeterminado llegarían los refuerzos (el primer turno con 6+, cada turno posterior bajaría en 1 la dificultad): en el caso del Norte, por la retaguardia del sur, y en el de los sudistas, por el flanco derecho.
Despliegue inicial. En primer plano la caballería que no hizo nada, excepto absorber impactos de la artillería. El río en realidad no es más que un profundo lecho seco :)
Desde esta posición ventajosa, la artillería nordista castigó las filas enemigas durante toda la batalla, si bien su participación no sería decisiva hasta casi el final de la batalla.
Mientras que el centro titubea en su avance (fracaso del general al dar la orden), el flanco derecho, encabezado por unos aguerridos zuavos, da los primeros disparos de la batalla, tras desplegar sus pantallas de escaramuceadores.
Esta imagen condensa la batalla en el flanco izquierdo: la caballería anulada por la artillería, que si bien le impidió hacer nada en siete turnos, al menos no consiguió romperla.
En el turno 4, el Norte rodea las posiciones del Sur, y aparece por su retaguardia. Sin embargo, no es capaz de aprovecharse este momento vital, ya que el general al mando (un señorito inexperto con una puntuación de 6), la pifia de mala manera y toda su brigada se queda indecisa ante sus confusas órdenes, con lo que no llegan a entrar en el campo de batalla. Un error que se pagaría muy caro.
Cuando finalmente las tropas nordistas amenazan la retaguardia del Sur, la confusión recorre las tropas confederadas, y un batallón retrocede tras una salva particularmente demoledora del enemigo, sobrepasando las unidades que tratan de defender la retaguardia (pero lo hacen dando el culo a los recién llegados)
A pesar del momento de gloria del Norte, que obliga a retroceder el centro confederado, la inexperiencia del mando no consigue dar el golpe de gracia, y el Sur se retira ordenado, aguardando los refuerzos con impaciencia...
...que por fin llegan al siguiente turno. No tardan en situarse en posiciones ventajosas y amenazar con romper la línea nordista por el flanco derecho, que se ve totalmente sobrepasado. Sin embargo, Sherman se dirige al centro y consigue evitar el desastre, los zuavos pivotan para cubrir ese lado y la artillería lanza una salva mortal que acaba de un plumazo con los advenedizos norteños (nadie quiere pensar qué habría pasado de haber fallado justo ESA tirada de mando)
En el turno 8 decidimos dejarlo y así se quedaron las cosas. Si bien el norte llevaba algo de ventaja, no todo estaba perdido para los valientes sudistas.
Mismo resultado que la otra vez, aunque en esta ocasión los turnos fueron más fluidos: ningún bando consiguió romper al otro de manera definitiva. Si bien es cierto que la calidad de los mandos, al jugar en los principios de la guerra, pesaron bastante en este aspecto, con tiradas más que penosas.
A pesar de todo, una partida muy divertida y emocionante.
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