miércoles, 14 de septiembre de 2016

Capilla Jardines de Morr (tutorial de pintado)






Terminé esta capilla, que pertenece al kit Jardines de Morr, de GW, y tras compartirla en varias redes sociales, recibió muy buenos comentarios, así que os pongo aquí un tutorial rápido, en modo solo texto, por razones evidentes :)

1.- Imprimación: mejor aerógrafo o spray, ya que no oscurece el detalle. He utilizado negro porque buscaba un acabado más oscuro y siniestro, aunque se pueden utilizar gris o blanco sin problemas.

2.- Colores básicos: fundamentalmente he utilizado grises ya que estamos ante una capilla o un mausoleo construido con piedra. Para romper la monotonía he optado por un gris azulado para la capilla en sí, iluminado con un color más claro (mezclado con un poquito del color base para favorecer las transiciones). Para el tejado de la capilla he utilizado un gris muy claro, iluminado posteriormente con blanco hueso y después blanco puro. En las losas y lápidas que rodean la capilla, he utilizado un gris medio, iluminado con un gris más claro. 

Para dar una mayor variedad podemos pintar alguna piedra del suelo con un color diferente, si nos fijamos en cualquier construcción similar, veremos que muchas de ellas son de tonalidades diferentes. Vale con cualquier ocre, marrón o blanco amarillento al gusto.

Los remaches y las puertas metálicas los dejamos en negro y aplicamos algunas pinceladas metálicas para dar ese color de acero viejo.

3.- Pincel seco: sí, vamos a utilizar esta técnica tan vilipendiada hoy en día :)

Con un pincel de tamaño considerable (el que utilizo es el de GW -large drybrush), cogemos un poco de gris muy clarito, y tras pasarlo repetidas veces por un papel absorbente, procedemos a aplicar pasadas por todas las superficies. De esta forma, la pintura tan solo impregnará las aristas y partes más sobresalientes. Repetimos hasta que quedemos satisfechos con el resultado, y luego cambiamos a un color blanco amarillento (hueso/ivory de Vallejo en mi caso). El aspecto "polvoriento" que obtenemos será luego matizado con los esmaltes.

4.- Barniz: para que no se nos estropee el trabajo previo, y antes de proceder al uso de pigmentos y lavados, damos una capa de barniz al conjunto. Si bien es cierto que se recomienda normalmente el uso de barniz satinado, en este caso he utilizado barniz mate (spray, Vallejo), sin ningún problema. Para los impacientes ojo con saltarse este paso, ya que puede que nos arrepintamos después: esmaltes y diluyentes pueden llevarse la pintura aplicada con anterioridad.

5.- Esmaltes: aquí he usado Dark Brown Wash de MIG. El método es bien sencillo: primero aplicamos una capa (no hace falta que sea muy espesa) sobre la superficie a tratar, y después eliminamos el exceso con un trapo o similar (en mi caso utilizo toallitas desmaquilladoras), dejando tan solo una ligera pátina que conferirá ese aspecto avejentado que veis. Lo ideal es que el lavado que hemos dado se acumule en las partes más hundidas del kit, y menos en las partes planas. Podemos corregir cualquier error o exceso con disolvente (el mismo de MIG funciona muy bien y además apenas huele).

¿Por qué esmalte? El esmalte es un tipo diferente de pintura que el acrílico, y aunque tarda más en secar, su consistencia lo hace ideal para lavados, ya que fluye mejor y evita esos cercos que crean en muchas ocasiones las tintas que solemos utilizar. Además funden mejor y podemos alterar el lavado a nuestra conveniencia aplicando disolvente.

6.- Pigmentos: los que tengamos a mano (yo he tirado de los de MIG): marrones oscuros, verdes oscuros o color polvo son los elegidos. Con un pincel aplicamos los pigmentos que hayamos elegido y posteriormente retiramos el exceso, como hemos hecho antes, con un trapo o una toallita. Con los pigmentos más oscuros incidimos en las partes con más relieve del kit, como calaveras y decoraciones varias. Podemos fijar los pigmentos con cualquier fijador o con trementina, humedeciendo previamente la superficie sobre la que vamos a trabajar. Aunque al humedecerlo el pigmento cambia de color, recuperará el original una vez seco.

En las verjas he aplicado un poco de pigmento óxido para acentuar aún más el aspecto deteriorado. 

Para rematar, podemos pegar algo de césped electroestático entre las piedras o alrededor de las lápidas.

¡Y eso es todo! Con un poco de esfuerzo se logra un resultado más que aceptable, como se puede ver.


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